Ahi esta en el espejo un rostro:el mio,
queda un poco de asombro,
algo de infancia y una terca pasion
por la esperanza.
¿Cual es la edad que hay en mis ojos?
¿Como medir los años
que un hombre ha vivido
entregado al entusiasmo?.
Nadie puede pedirme que me calle,
que me muerda la lengua,
mi silencio es peor que las palabras.
Dejadme hablar,
dejadme que me saque del pecho cada grito.
Que a nadie resulte inconveniente lo que digo.
Hay palabras como
sueño, utopia, porvenir
que cuando caen,
se te vuelven veneno en la garganta
y te amargan la lengua y te rompen el pecho.
Aunque quede vacio para siempre
nadie puede pedirme
que me calle.
1 comentario:
Precioso tío, precioso... he leído este poema y he notado una extraña sensación en el estómago, creo que mezclada con algunos de los momentos que compartimos en el trabajo... Con toda sinceridad, creo que eres una de las personas más especiales que conozco y me alegra saber que, a pesar de que nos veamos mínimanente, me consideres tu amigo...un abrazo gordo!!!
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