(PALABRAS A UNA HIJA QUE NO TENGO)
Entornaré tus ojos si prometes soñarme.
Compréndeme, no es fácil velar por alguien siempre:
a veces necesito saber que tienes miedo.
Cuando sepas hablar, dame mi nombre;
diciéndome papá habrás hecho bastante.
En invierno no abrigues demasiado
tu cuerpo de princesa, más útil y más noble
es irse acostumbrando a resistir.
Acepta golosinas de los desconocidos
(no está el mundo como para negarse)
pero apréndete esto en cuanto puedas:
más frecuente es lo amargo, que te ignoren,
y no los caramelos.
Te enseñaré a leer fuera del aula
y llegada la hora quiero que escribas «mar»
sobre los azulejos del pasillo.
Cuando cruces por fin la calle sola
sabrás que el riesgo y la velocidad
perseguirán tus días para siempre.
No creas que en el fondo no soy un optimista:
de lo contrario tú no estarías ahí
cuidando que te cuide como debo.
Como ves, desconfío
de quienes no veneran el asombro
de estar aquí, ahora.
Existe la alegría, pero duele;
tendrás que conseguirla.
Y cuando la consigas tendrás miedo.
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2 comentarios:
Que lindo poema biskui, no conozco a este ahora amigo Andrés Neuman. Cuando leo estos lindos poemas que nos traes, siento el viento renovador de la poesía, y que por unos momentos estás conmigo compartiéndolo. Cuando quieras venir a dar una vuelta por tus pagos Uruguayos, sabes que eres más que bienvenido y que el Polonio siempre te espera.
Felicidades, por el don de dar palabras a los sentimientos de muchos. Gracias. Alfonso.
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